Síntomas:
Retardo marcado de la eyaculación y/o infrecuencia marcada o ausencia de la eyaculación.
Esto sucede en casi todas o todas las ocasiones de la actividad sexual con otros, sin que el individuo desee el retardo.
La eyaculación retardada puede ser:
‣De por vida: la dificultad ha existido desde el inicio de la madurez sexual.
‣Adquirida: la dificultad inició luego, tras un periodo en donde el funcionamiento era
posible.
‣Generalizada: se presenta en distintas situaciones, contextos y con distintas personas.
‣Situacional: se presenta ante determinada situación, con determinada persona, o ante una estimulación específica.
Esto genera malestar significativo, y puede generar evitación del encuentro sexual, experimentación de altos niveles de ansiedad, sentimientos de una marcada disminución del disfrute y del deseo sexual. Además, puede afectar los vínculos sexoafectivos de la
persona.
Desde la sexología clínica contamos con herramientas para ayudarte.

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Síntomas:
Patrón persistente o recurrente en que la eyaculación producida durante la actividad sexual en pareja sucede antes de que el individuo lo desee. Esto genera malestar significativo en la persona y puede producir: evitación del encuentro sexual, ansiedad de desempeño, problemas vinculares y en la autoestima.
La eyaculación prematura puede ser:
‣De por vida: desde el inicio de la madurez sexual.

‣Adquirida: la dificultad inició luego, tras un periodo en donde el funcionamiento era posible.
‣Generalizada: se presenta en distintas situaciones, contextos y con distintas personas.
‣Situacional: se presenta ante determinada situación, con determinada persona, o ante una estimulación específica.
Se debe evaluar que no sea a causa de los efectos de una sustancia/medicamento u otra afección médica.
Desde la sexología clínica contamos con herramientas para ayudarte.

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Síntomas:
Fantasías o pensamientos sexuales o eróticos y deseo de actividad sexual reducidos o ausentes de forma constante o recurrente. Aparece baja o nula recepción ante los intentos de de la pareja para mantener relaciones sexuales. Esto genera malestar significativo en la persona y/o pareja, y puede generar conflictos vinculares en relación a la frecuencia esperada/deseada por cada miembro.
El bajo deseo sexual puede ser:
Generalizado: con varias estimulaciones, situaciones y parejas.
Situacional: frente a determinada pareja, situación o estimulación.
Se debe descartar que no se deba a alguna condición orgánica, o al consumo de alguna
sustancia o medicamento.
Desde la sexología clínica contamos con herramientas para ayudarte.

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Síntomas:
Dificultades persistentes o recurrentes con una o más de las siguientes situaciones:
1. Penetración vaginal durante las relaciones.
2. Marcado dolor vulvovaginal o pélvico durante o luego de las relaciones vaginales o los intentos de penetración.
3. Marcado temor o ansiedad de sentir dolor antes, durante o como resultado de la penetración.
La dificultad pudo haber estado presente de por vida, o haber sido adquirida en determinado momento. Genera un alto nivel de malestar en la persona y puede tener como consecuencia: la evitación del encuentro sexual, experimentar altos niveles de malestar antes, durante y después del encuentro, impacto negativo en el disfrute de la sexualidad.
Desde la sexología clínica contamos con herramientas para ayudarte.

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Se caracteriza por la presencia de dolor durante la penetración anal, o evitación de la misma por miedo a sentir elevado dolor.
Esto produce malestar clínicamente significativo e impide el coito anal en personas que desean realizar esta práctica habitualmente. A su vez, puede aparecer ansiedad anticipatoria, evitación del encuentro sexual y problemas de pareja/vinculares.
Desde la terapia sexual contamos con herramientas para poder abordar la anodispareunia
mediante un proceso denominado desensibilización.


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Síntomas:
1. Retraso marcado, infrecuencia marcada o ausencia de orgasmo
2. Reducción marcada de la intensidad de las sensaciones orgásmicas.
Esto sucede en casi todas o todas las relaciones sexuales generando malestar significativo
en la persona (evitación del encuentro sexual/masturbación, frustración, presión por
conseguir tener un orgasmo, impacto negativo en la autoestima y en los vínculos).
La sintomatología no se asocia con alguna condición orgánica, medicamento o sustancia y puede ser:
De por vida: desde el inicio de la madurez sexual no hubo presencia de orgasmos.
Adquirida: la dificultad comenzó luego de un periodo en donde sí se producía el orgasmo.
Generalizada: la dificultad aparece en todas las situaciones (masturbación/coito), y con todas las parejas.
Situacional: la dificultad aparece frente a determinada situación, o con determinada
pareja sexual.
Desde la sexología clínica contamos con herramientas para ayudarte.
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Síntomas:
Dificultad para conseguir y/o mantener una erección durante la actividad sexual, en todas o casi todas las relaciones sexuales.
Está dificultad puede presentarse de las siguientes formas:
‣ Generalizada: frente a todo tipo de estimulación; en todos los contextos, circunstancias y/o parejas.
‣ Situacional: frente a determinada estimulación o práctica sexual (por ejemplo: coito); frente a determinada situación y/o pareja.
‣ Primaria: esta dificultad está presente desde que se han iniciado las relaciones sexuales.
‣ Secundaria: la dificultad aparece luego de un periodo de actividad sexual en el que el mantenimiento de la erección era posible.
Esto genera malestar significativo en la persona que puede traducirse en: evitación del encuentro sexual, ansiedad de desempeño, problemas vinculares y en la autoestima.
Desde la sexología clínica contamos con herramientas para ayudarte.

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