El vaginismo, cuando no se debe a una afección orgánica, presenta siempre un contexto psicológico💭 y cultural 🗺️.
Por ejemplo, en culturas en donde el concepto de virginidad es importante,  o la información sexual es tabú, se documenta una mayor cantidad de casos de vaginismo 📝.
🔺Además, en ocasiones, el vaginismo resulta ser una reacción frente a condiciones adversas de pareja 👭, estrés 😣 o violencia , siendo un indicador sintomático más que una disfunción sexual.
🔺Ahora bien, además del factor cultural, también es importante recalcar el contexto psicológico 🧠 de quien presenta vaginismo, dado que la ansiedad juega un rol principal en su inicio y mantenimiento.
🔺Generalmente, el pensamiento que gatilla la ansiedad suele estar asociado al miedo al dolor. Además, la autosupervisión y la atención focalizada en el logro de metas (por ejemplo el coito), conlleva a la falta de abandono, perpetuando así el bloqueo de la vagina, y generando un círculo que trae como resultado ansiedad y vergüenza.
🔺Diversos autores destacan que, desde el punto de vista psicológico, el vaginismo se produce por un proceso fóbico de aprendizaje asociado al miedo a la penetración (ya sea pene, dedos, juguetes sexuales, tampones, espéculo, etc).
🔺Como consecuencia, debido a este patrón cognitivo, emocional y conductual, se va instalando la evitación de las prácticas sexuales 🙅 y la dificultad se perpetúa a lo largo del tiempo.
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Crowley, T., Goldmeier, D., Hiller, J. (2009). Diagnosing and managing vaginismus. Bristol Sexual Health Service, 338.